Existe un consenso científico general que demuestra que el factor humano es muy relevante en el cambio climático, el crecimiento poblacional, las pautas de consumo y nuestro uso de la energía tienen un gran impacto en el medio ambiente. La psicología, como disciplina, centra sus esfuerzos en cambiar la conducta humana , por lo tanto sus aportaciones son valiosas para mejorar la vida de las personas frente a la amenaza del cambio climático.
Esto queda reflejado en el grupo de expertos encargados de elaborar el próximo Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas (IPCC), dónde se han incluido por primera vez a un grupo de psicólogos junto a economistas, climatólogos, ingeniros, etc. por lo que la voz de la psicología será tenida en consideración para la elaboración de políticas de acción sobre cambio climático en todo el mundo.
En este nuevo informe se ha tenido en consideración 5 profesionales de la psicología en (frente a un sólo psicólogo que colaboró en la edición anterior), se puede inferir que la Psicología se está convirtiendo en una gran aliada en este campo.
Otro ejemplo es la creación del Centro para el Cambio Climático y las Transformaciones Sociales que el gobierno de Gales ha creado y que está liderado por una doctora y profesora de Psicología de la Universidad de Cardiff, Lorraine Whitmarsh , la cual traslada el conocimiento de la Psicología a la puesta en marcha de programas contra el cambio climático, en colaboración con el gobierno local, la industria, y las organizaciones no gubernamentales de la zona.
El conocimiento psicológico puede resultar especialmente provechoso para prácticamente todas las necesidades que se derivan de la realidad de esta crisis climática mundial, como por ejemplo, desarrollar programas y acciones a nivel individual, comunitario y social para la prevención y la lucha contra el cambio climático (campañas para reducir el consumo de plástico, las emisiones de carbono, el consumo de agua, etc), generando propuestas que faciliten la adaptación de la población al cambio climático o para proporcionar atención directa para los problemas de estrés y ansiedad asociados al impacto psicológico del calentamiento global y otras consecuencias de la crisis climática.
Un área de especial preocupación es la de identificar los procesos que influyen en la visión de la población sobre el cambio climático y las barreras y estrategias para motivar a la población a la acción en esta lucha. Y es que hay un escollo fundamental, la población no se involucra lo suficiente en materia de acciones “proambientales” para frenar esta crisis. Es lo que se denomina el “escepticismo climático”, es decir, negar que el cambio climático está ocurriendo y que se debe al comportamiento del ser humano, y que se ha hecho especialmente patente en los medios de comunicación, en los debates en la calle y en las redes sociales durante los últimos meses en oposición al movimiento social liderado por la joven activista Greta Thunberg. De hecho, la creencia de que el cambio climático es un engaño es una de las teorías de la conspiración más respaldadas en el mundo, que se mantienen a pesar de que los propios escépticos son conscientes y saben que los científicos y políticos creen que el cambio climático es una realidad.
Las aportaciones de la Psicología han puesto en evidencia que el escepticismo climático no debe combatirse con la presentación repetitiva de datos científicos (modelo de déficit) sinó que las campañas de comunicación eficaces son aquellas que se centran en enmarcar el mensaje sobre el cambio climático dentro de los valores y creencias de las personas. Por tanto, la meta es identificar las motivaciones del grupo al que se dirige el mensaje y presentar argumentos que se alineen con estas motivaciones.
El pasado mes de noviembre se celebró en Lisboa la primera Cumbre Internacional sobre Psicología y Salud Global, para tratar el papel de la Psicología en la lucha contra el cambio climático. El encuentro tubo un éxito sin precedentes, reuniendo a los principales representantes de la psicologia de más de 40 países de todo el mundo, que firmaron una declaración conjunta afirmando su compromiso en esta lucha. Dicha declaración a sido adherida actualmente por más de 80 asociaciones de Psicología y está siendo plasmada a través de acciones específicas en cada uno de los países firmantes. Resultado de este compromiso el Consejo General de la Psicología (COP) acaba de crear un Grupo de Trabajo sobre psicología y medio ambiente, que cuenta con un presupuesto asignado y que está formado por expertos especializados en el área que trabajarán para promover el desarrollo profesional de la Psicología en aspectos como el cambio climático y el calentamiento global, el bienestar humano y el desarrollo sostenible entre otros.
Fuente Externa: infocop n.º 88 Enero -Marzo 2020
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